domingo, 13 de diciembre de 2009


BARRIO Y CAPILLA DE SAN ANTONIO: Ubicado en la colina del mismo nombre, es un barrio central de uso residencial que escapa de los esquemas generales del comportamiento de los demás barrios centrales. Ha conservado en su rica arquitectura el colorido, la sencillez, la frescura y calidez ambiental de un pequeño pueblo dentro de una gran ciudad. Sus viejas casonas han mantenido su identidad cultural con variedad de estilos y contenido estético. En él sobresalen talleres artesanales, anticuarios, espacios para el arte y la cultura y pequeños restaurantes que mantienen la tradición colonial popular.


La Capilla de San Antonio: La blancura de su fachada se mantiene intacta y contrasta con el verde de la colina, consta de una planta rectangular y su portada de ladrillo con un arco de medio punto y pilastras laterales del mismo material, en un estilo mudéjar, en su interior sobresale su altar mayor de estilo barroco con auténticas imágenes de la época colonial, sobresale la imagen del patrono de la capilla, San Antonio de Padua.


En este sector de la ciudad se cultiva la tradición de las Macetas, expresión de la cultura popular caleña, reúne en una misma pieza la dulzura de su gente, la alegría que los caracteriza, el ingenio de una madre y el cariño de su padrino. Palomillas, caballos, piñas y flores, todos convergen en un mismo madero de maguey decorados finamente con tirillas de colores y ringletes.


Cuenta la historia que doña Dorotea Sánchez, la víspera del cumpleaños de sus gemelos Pedro y Pablo no contaba tan siquiera con un real para obsequiarles algún presente, quiso entonces prepararles algo pero solo tenía agua y azúcar. Su angustia hizo que encomendara el milagro a San Pedro y San Pablo; en respuesta a su llamado, una buena señora llegó a su casa y le enseñó como llevar ese azúcar con agua al punto de poderlo convertir en Las Macetas con las que hoy en día, cada 29 de Junio los padrinos obsequian a los ahijados en su día.

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